(El relato empieza aquí y continuó por aquí)
Como decíamos «ayer», durmimos en la coqueta buhardilla de Mathilde y Alfredo, y por la mañana, pudimos comprobar con desolación que no desde todas las ventanas parisinas se ve la Torre Eiffel, aunque desde ésta, al menos, se veía el Sacre Coeur:
Después de desayunar nos fuimos hacia la Torre Eiffel, donde sacamos un porrón de fotos y algún que otro vídeo:
Poca a poco nos alejamos del impresionante amasijo de hierros:
De los alrededores de la Torre, nos fuimos hacia Les Invalides:
Atravesamos el edificio:
Una española guapa camuflada de parisina:
Petit y Grand Palais(es) a lo lejos, y al otro lado del Sena:
En nuestro paseo pasamos al lado de la Asemblee Nationale:
Nueva parada para sacarle una fotito a Sara, con el Sena y el Grand Palais:
Cruzamos el Sena para ver el obelisco:
Y el arco del Triunfo al fondo de los Campos Elíseos:
Vimos de lejos el Museo de Orsay:
Compramos unas castañitas (a precio de oro) para entrar en calor:
Y nos asomamos a ver el Louvre de cerca:
Cuando íbamos a seguir nuestro camino, coincidió que encendía la iluminación de la Torre Eiffel:
Proseguimos atravesando los jardines del Palais-Royal:
Pasamos por delante de la Opera:
Y nos asomamos a las Galeries Lafayette para ver el majestuoso árbol de Navidad:
Pero estaba cerrado, así que nos conformamos con ver los escaparates:
Continuamos hacia la plaza de Vendôme,
Donde además vimos un cojincito muy caro, o lo que debiera haber encima del cojín:
Pasamos por la Madeleine, y de vuelta en los Campos Eliseos pudimos contemplar el espectáculo de iluminación de la Torre Eiffel:
De ahí nos fuimos al piso de Mathilde y Alfredo y con ellos a cenar a un japonés delicioso.
El lunes por la mañana sólo nos quedaba tiempo para asomarnos al arco del Triunfo y al lado coger el autobús que nos llevaba al aeropuerto:
Y así concluyó nuestro viaje a París, he de decir que la ciudad me encantó, es, para mí, sin duda una de las ciudades más bonitas que conozco. Disfrutamos además de la compañía de esta fabulosa pareja, lo cual lo hace todo más entrañable si cabe, en definitiva, una maravilla. Me quedo con ganas de volver con más tiempo y profundizar algo más, y no la paliza que nos dimos sin entrar apenas en los sitios.
Mapa:
Y fotos:
Nota mental: subir a la Torre Eiffel de día, ir a París en Invierno 🙂
xD pues sí, está bien la cosa, aunque ya te digo, que el segundo día nos hizo un tiempo de perros
Eso de que iba camuflada de parisina, con una Lonely Planet en la mano y tal, no sé yo…
jo, no se te escapa una, 😥
Qué envidia (sana) me da la foto desde lo alto de la Torre, Remo y yo no pudimos subir más que a la 2ª planta, estaba tan saturado de gente que la mayor parte del tiempo la cima estaba cerrada….
Bonito reportaje Gonzalo, se ve que disfrutásteis, son unas fotos muy bonitas, es otra buena época para ir a París desde luego.
Nosotros en las Galerías LaFayette, nos paramos en la sección de vinos, jajajaja, y vimos botellas de 10.000.- Euros o un coñac de 29.000.-…..
Increible.
Un abrazo
Oye, y con esos precios de saldo no os trajisteis un par de botellicas, así a modo de souvenir?
Yo quiero llevar a mi madre a subir a lo alto de la Torre Eiffel, ella tiene esa misma espinita clavada, yo no pensé que cambiara tanto el panorama, la verdad, pero es impresionante hasta la misma subida.
Gracias por la visita, un abrazo. 🙂