Ya por fin llegamos al fin del relato de nuestras vacaciones, relato que empieza aquí, y dejamos aquí.
Después de desayunar, nos dirigimos a casa de unos amigos de Katherina y Martin que nos iban a dejar sus bicicletas a Sara y a mí, éstos amigos además eran argentinos, y yo mientras tanto intentando chapurrear inglés para agradecerles el préstamo, no me enteré cuando Martin nos dijo que eran argentinos :(, torpe que es uno.
El caso es que salimos del Neustadt y nos dirigimos hacia el Elba, a visitar un mercadillo que montan a la altura del Albertbrücke, y a continuación, empezamos una ruta por el carril que discurre a la orilla del río.
Aquí se puede ver a los otros tres integrantes de la expedición, al fondo el célebre puente conocido como la Blaues Wunder y a su izquierda se observa la Fernsehturm Dresden, torre de la TV de Dresde.
Al otro lado del Elba podíamos ver multitud de viñedos y casonas, tan espectaculares como las que se ven en la siguiente foto.
Llegando al puente hicimos un breve alto en el camino para reponer un poco las fuerzas a base de Club-Mate.
Unos cuantos kilómetros después tomamos un ferry para cruzar el Elba, momento que recoge la siguiente imagen 🙂
En la otra orilla dimos un paseo por el Schloss Pillnitz, conjunto de parque y palacios, como el de estilo japonés de la foto o el Wasserpalais a orillas del Elba. (Artículo escaso y en español)
En el parque se pueden ver distintos bichejos, como esta insolente ardilla:
Una de las joyas del lugar es esta célebre camelia, único ejemplar superviviente de entre las cuatro que trajera Carl Peter Thunberg de su viaje a Japón en 1779, según cuenta la leyenda. Esta camelia es célebre también por haber sobrevivido a un incendio que se prendió en la estructura de madera desmontable que la protegía de los duros inviernos. Desde 1992 la estructura que protege a la camelia es la que se ve detrás en la imagen, un bicho móvil de 54 toneladas… ahí es nada.
Ya de vuelta en la ciudad tras comprar un par de cosas nos dirigimos al Alaunpark a preparar la barbacoa (realmente fue un asado argentino :)) Aquí están los integrantes de la barbacoa, mención especial hay que hacer a que nuestros amigos procuraron que viniesen amigos hispanoparlantes para que nos sintiésemos más a gusto, aunque recurrimos mayoritariamente al inglés, lengua que mejor o peor, todos conocíamos. La experiencia de hacer una barbacoa en el parque fue genial, estuvimos genial, la carne riquísima y la compañía estupenda, fue una manera maravillosa de cerrar el viaje, la verdad, les estamos agradecidísimos.
Al día siguiente volvimos en tren a Berlín, llegamos a Berlín Hauptbahnhof, estación que podéis ver por fuera en esta imagen.
Allí comimos y nos sentamos a esperar el autobús que nos llevara al aeropuerto, momento en que pudimos ver a este funambulista, haciendo de las suyas, viéndose detrás suya la embajada Suiza y el Sony Center.
Ya en el aeropuerto, creo recordar que facturamos sin incidentes y montamos en este avión que nos traería de vuelta a Madrid, sin retrasos, por lo que recuerdo.
Y bueno, aquí acaba el relato de nuestras vacaciones del año pasado, espero que no les haya resultado demasiado pesado. Hasta pronto.
Mapa:
Y estoy pensando yo…. casi venís preparados para la Vuelta Ciclista a España ¿eh?
😉
Jeje, ya te digo, al menos sabiendo montar! 🙂 Sara era la primera vez que usaba la bici como transporte urbano y le encantó 🙂
¿Demasiado pesado? Casi me da cosa que se haya terminado 🙂 jajaja
jajaja, es todo un halago, muchas gracias. 🙂